Dos días más en Sichuan, que repartimos en ver la estatua de buda mas grande del mundo, junto a los rios Daduhe y Minhe en Leshan, y la visita a una de las montañas sagradas del budismo en china, Emei Shan, un entorno natural impresionante, con picos de tres mil metros de altitud, a los cuales se puede ascender fácilmente en telecabina y en los que han edificado templos enormes para la mayor gloria de buda. Amén.
El primer día empieza temprano, nos desplazamos desde Chengdu a Leshan y tras un desayuno bien aderezado de cayena, directos al Gran Buda. Una estatua sedente de 71m de altura tallada en la roca junto a la confluencia de los dos rios, que ya sea gracias al buda o a la cantidad ingente de piedra que se extrajo de la pared, sirvió para calmar las grandes corrientes que se creaban en esta unión de los rios.
La estatua se visita desde todos los ángulos, aunque al no verla desde el río nos perdimos otras dos estatuas más pequeñas que hay talladas justo al lado.
Desde la cabeza, se desciende por un sendero escalonado hasta los pies del buda, foto impresionante. Para continuar la corriente de turistas de nuevo en ascenso por el otro lado para tener otra vista diferente, así como visitar templos conmemorativos y cuevas antíguamente habitadas por monjes poetas budistas.
Tras la visita, comida en el rey del picante (lo típico por aqui) y visita al Evony Museum. Un museo de tallas de Ébano donde pudimos ver tanto exposición de restos petrificados de troncos de ebano de unos 8-10 metros de altura como tallas en la madera de distintos tamaños, desde trocitos a troncos enteros tallados al minimo detalle.
Después una siestecita rumbo a la entrada del parque de Emei Shan, donde nos damos un paseillo por la zona turística antes de la cena. Aquí el picante ya le pasa factura a Isa y tenemos un sustillo, pensabamos que se quedaba sin papilas gustativas, por suerte, un poquito de pan chino y otro poquito de agua a discreccion calmaron el fuego que le salia por la boca, uf!
Con la cena nos invitaron a ver un espectáculo de música, acrobacias, kung fu, y un concurso combinado de talentos donde participó David en representación española, en el que hizo un digno papel hasta que le tocó en suerte la fiera china, que lo apartó del concurso no con poco sufrimiento.
Al día siguiente amanece neblinoso y frío. Nos dirigimos a la cima de Emei Shan, subimos en autobus a unos 2500m de altura, no se ve nada por la niebla. Aquí vemos a uno de los primeros guardianes de la cima, guerreros disfrazados de mono que de vez en cuando exigen peaje a los turistas.
Sin esperanzas de ver gran cosa cogemos el teleférico y justo antes de llegar al final superamos el mar de nubes y vemos la cima con un sol resplandeciente. Impresionantes vistas a unos 3000m donde nos deja el teleférico. De aquí al templo un paseíllo y mejores vistas.
Nos da pena entrar de nuevo en la niebla, pero descendemos de nuevo a otra zona de la montaña, donde abundan los templos y los riachuelos con puentes de piedra preciosos. Nos hacemos unas fotos con los monos, no todo el mundo se atreve, ya que de vez en cuando sacan amenazantes los dientes y arrevatan por la fuerza la merienda de los turistas. A una de ellas, a la que le tiraron una bolsa al suelo en la que llevaba setas, té de la zona y unos tentenpiés, tuvo que ser David en un alarde de caballerosidad el que luchando con el mono recuperó los objertos robados (no lo creeréis pero es cierto), mientras el resto de turistas se escondían donde podían.
Y así todo el resto del día viendo este parque natural que nos ha dejado encantados. Nos vamos acostumbrando al picante porque la última comida nos ha gustado.
De vuelta a Chengdu y preparando el traslado a la provincia de Yunnan.
Saludos chinorris.