El parque o centro de investigación es una isla verde de tranquilidad justo al lado de la ciudad. No se escuchan apenas ruidos, existe un lago bastante grande para cisnes con la decoración típica, y todo un recorrido verde con troncos y ramas de bambú por todos lados.
Los dos primeros pandas están dormidos, el primero en lo alto de un árbol (reciote el panda y reciote el árbol), y el segundo encima de unos troncos, por lo que vamos poniendo cara de asombro pero todavía con espectación.
El siguiente ya se encuentra comiendo bambú como si le fuera la vida en ello (le debe de ir un poco en ello), precioso!, que cosica!, parece un peluche grande! (fotos a discreccion y a limpiarnos las babas). Los siguientes en diferentes posturas y repitiendo de lo mismo, estamos encantados.
Después pasamos a la zona de los pandas rojos, una mezcla de zorros y mapaches muy exótica, a lo mejor no tan tiernos, pero como son bastante más activos despiertan mucho nuestra atención (superfoto tomada por Isabel).
Terminada la visita a los pandas rojos, nos acercamos a la zona de cría, donde nos enseñan cinco oseznos que están durmiendo en una cuna y otro más al que le están dando un biberón; aquí haremos fila una vez más, ya que no nos hemos fijado muy bien... je, je. Y por fin video explicativo y vuelta a la ciudad.
Para los que se preocupan por nuestra dieta: Hemos encontrado un restaurante Mozárabe bastante majo, en el que nos hacen la pasta fresca en el momento, nos llenan el plato como si fueran nuestras madres, y encima nos dan un caldico de ternera para que no cojamos frío. Y el arroz muy suelto, así que no preocuparse mucho.
Hasta el siguiente capítulo.
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