Esta excursión es la más típica del valle, y nosotros también hemos optado por ella, ya que otro tipo de rutas requieren más tiempo y más planificación.
Como es lo más típico y es sábado por la mañana, nos encontramos rodeados de excursionistas que van en la misma dirección que nosotros. En busca de encontrarse cara a cara con Vernal fall y Nevada fall.
A pesar de la multitud y de que el camino nos sorprende con repechos desde justo el principio, las vistas continúan siendo maravillosas. Sorprende la fuerza con la que baja el río y se escucha el rumor de la primera cascada a lo lejos. A las ardillas ya no les hacemos ni caso, debe estar todo América lleno de ellas.
Enseguida llegamos al pie de Vernal fall y lo primero que hay que hacer es ponerse el chubasquero, ya que el último tramo antes de superarla transcurre junto a la cascada y es una lluvia continua la que nos acompaña hasta arriba para dejarnos completamente calados. Por algo era lo de la niebla.
Apartir de aquí disminuye bastante el número de excursionistas, llevamos andando una hora y cuarto y queda algo más de la mitad para llegar a la siguiente cascada.
El camino se vuelve algo más empinado pero muy cómodo y casi todo pavimentado. Tras un rato, empezamos a oír la segunda cascada, Nevada fall. Al llegar a su base, tenemos que levantar la barbilla todavía más que en la anterior para ver el comienzo. Aún nos queda un rato. Pero no importa ya que al llegar a a la cumbre el sitio merece la caminata.
La cima de Nevada fall es un enorme bloque de granito muy seguro de caminar, y amplísimo, nos encontramos más de cien personas diseminadas en un radio de unos cincuenta metros. Hay un puente de madera por el que se atraviesa el río, y un mirador vallado justo en el precipicio que aún así da auténtico vértigo; aunque no a todos ya que no son ni uno ni dos los que están justo al borde.
Repuestas las fuerzas, emprendemos el regreso por la margen contraria, un camino llamado John Muir Trail en honor al promotor de la protección del parque de Yosemite. La vuelta es un poco más larga pero más suave para las piernas, y acaba justo en el mismo sitio donde comenzamos.
Hacía tiempo que no hacíamos una excursión tan bonita, así que las agujetas que tendremos mañana las combatiremos con las endorfinas liberadas.
Para despedirnos de este parque tan espectacular hemos dado un rápido paseo por el pueblo comercial y nos hemos ido corriendo al hotel, a ver si pillamos sitio en el jacuzzi ya que hoy lo tenemos merecido.
Al Puma no lo hemos visto pero por la noche nos hemos encontrado con dos mapaches que nos cerraban el paso de camino a nuestra habitación, así que les hemos tirado un par de fotos y se han escabullido.
También nos hemos encontrado con un rally de un club del Shelby Cobra (dinerillos sueltos que tiene la gente), y por supuesto foto al canto.
joer que cataratas.. ¿no os dio por echar un bañito?? tendría que estar fría de cojones..
ResponderEliminarpor cierto a ver si es topais con el bigfoot y le haceis una foto que mola mucho mas que un puma.
Por Springfield ¿no habeis pasao? si os coje de camino traedme un fresisuis del badulaque :D
1abrazo