Lástima nuevamente por el clima, hoy de nuevo encapotado y frío. Con sol la vista sería espectacular.
Pasamos junto a acantilados de varias decenas de metros, que terminan prácticamente en el mar y la abundante vegetación nos da en cada curva una imagen preciosa.
En un punto llamado Julia Pfeiffer fall, hemos hecho una parada para ver una imagen bonita y curiosa. Una cascada de unos quince metros de altura, cayendo justo en la arena de la playa.
Este lugar se encuentra protegido, y el paso a la playa se encuentra prohibido, por lo que sólo se puede ver desde el mirador o accediendo desde las calas adyacentes, con el consiguiente riesgo de remojón.
Siguiendo más adelante, nos hemos encontrado con fauna nueva, una colonia de elefantes marinos tomando el sol en la playa. Algunos machos son auténticos mastodontes, casi triplican en tamaño a las que parecen hembras. Aún así no se mueven lentos en la arena ni mucho menos. La mayoría estaba celebrando una macro-siesta al sol. Y sin protección solar.
La ciudad nos ha gustado bastante. En las afueras es al estilo de Carmel, con lujosas casas muy bien cuidadas, y en el centro ves contínuamente edificios de influencia colonial española, todos también muy bien conservados. Además la mayoría de las calles tienen nombres españoles.
Igual teneis que hacer otro viaje para lo que no os ha dado tiempo. A una mala, lo de los viñedos podeis ir un dia por Cariñena e imaginaros que es California.
ResponderEliminarSiempre quise ir a L.A.
Siempre quedan cosas pendientes pero por lo que contáis habéis aprovechado hasta el último minuto todos los días. Un viaje muy muy chulo.
ResponderEliminarTenemos ganicas de veros y que nos lo contéis en persona.
Jo... Me descuido un par de días y habéis publicado casi más posts que en todo el viaje... Mañana me pongo a leerlos todos, que ahora ya es un poco tarde...
ResponderEliminarUn besico y disfrutad lo que os queda.
Ya tengo ganicas de veros...